Pueblos indígenas colocan sus demandas en el centro de la COP30 en Belém
Internacional
Con el lema “mutirão”, que alude al trabajo colectivo en lengua portuguesa de origen indígena, la COP30 abrió sus trabajos enviando un mensaje claro: reconocer el papel crucial de los pueblos originarios en la protección de la Amazonía y la lucha contra el cambio climático.
La elección de Belém como sede busca precisamente visibilizar a los 1.7 millones de indígenas de la región amazónica, considerados los principales guardianes de la mayor selva tropical del planeta. Aun así, diversos representantes señalaron que la inclusión simbólica no basta y demandaron acciones concretas.
Demandas centrales de los pueblos indígenas
Organizaciones de más de 5,000 pueblos indígenas de 90 países insistieron en la necesidad de garantizar derechos territoriales, frente al avance de actividades como la extracción petrolera, la minería y la tala.
“Los territorios indígenas ya no pueden ser sacrificados”, expresó Lucía Ixchiu, indígena k’iche’ de Guatemala, quien viajó semanas por la Amazonía para entregar este mensaje a los negociadores.
Entre las exigencias destacan:
- Reconocimiento y protección plena de los territorios.
- Mecanismos de financiamiento directo para proyectos administrados por comunidades indígenas.
- Integración del conocimiento tradicional en las políticas climáticas.
- Garantías de consulta y consentimiento previo ante proyectos de transición energética.
- Protección ante amenazas y violencia contra defensores ambientales.
De acuerdo con organizaciones internacionales, un tercio de los defensores ambientales desaparecidos o asesinados en 2024 eran indígenas.
Su papel en la protección climática
Autoridades y especialistas recalcaron que los pueblos indígenas son actores esenciales en la defensa de los bosques. Administran una cuarta parte de la superficie terrestre y hasta la mitad de los bosques intactos del mundo, considerados sumideros clave de carbono.
Estudios recientes indican que asegurar sus derechos territoriales en la Amazonía podría reducir la deforestación hasta en 66%. En contraste, cuando sus derechos no son reconocidos, aumenta la degradación forestal.
Las prácticas tradicionales —como rotación de cultivos, manejo del fuego y conservación del agua— contribuyen a mantener ecosistemas saludables y a prevenir incendios.
Avances previos a la COP30
Antes del inicio de la conferencia, decenas de países anunciaron compromisos para reconocer derechos territoriales en 80 millones de hectáreas antes de 2030, aunque líderes indígenas advirtieron que la implementación será el reto principal.
Además, el Fondo para los Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), una iniciativa global de conservación, destinó 20% de su presupuesto a comunidades indígenas. Activistas señalaron que el acceso directo y equitativo a estos recursos será fundamental para su efectividad.
Hacia un posible punto de inflexión
A pesar de los avances en visibilidad, representantes indígenas consideran que las medidas actuales aún son insuficientes. Insisten en que se requieren compromisos concretos y permanentes para la justicia climática.
Expertos señalan que el concepto de mutirão podría representar una oportunidad para impulsar la acción climática local y global, si logra convertirse en un principio operativo dentro de la COP30.
